jueves, 4 de enero de 2007

dogma y paradigma


No existe ni UNA realidad ni UNA verdad. No sólo las religiones son las que se basan en dogmas. En ciencias sociales se usa, para entender este tema de la plurirrelidad, y aún reconociéndolo, poder trabajar, el concepto de "paradigma".

Cada paradigma es un marco de teorías, o, si se quiere, una visión particular de cómo funciona el mundo, y desde la cual se entiende determinada afirmación o análisis, que no necesariamente funciona visto con los lentes de otro paradigma.


Cada paradigma tiene sus propios postulados, o dogmas, en los que se basan como piso para, desde ahí, observar y analizar la "realidad".


E
ste piso es necesario crearlo, precisamente porque no existe UNA realidad, o, si lo prefieren, no podemos ponernos de acuerdo sobre cuál es, y por lo tanto no nos es posible apoyarnos en ella.
Por ejemplo, un dogma del paradigma marxista sería que la materia determina al hombre y la sociedad, y por eso todo se explica en función de quién la posee. En cambio para el idealismo alemán son las ideas las que determinan la realidad del hombre, y todo se explica a partir de lo que el hombre piense.

Con las ciencias llamadas "exactas" ocurre exactamente lo mismo: los científicos se apoyan en modelos y en hipótesis para poder trabajar; en la medida en que los resultados de sus trabajos basados en los mismos dogmas coincidan o calcen unos con otros, tal dogma se entenderá como "comprobado" y asumido como cierto.

Pero... quién ha visto alguna vez un átomo? sólo asumimos que el modelo de él que nos mostraron en el colegio es una descripción correcta de la REALIDAD, porque calza con los cálculos científicos que se basan en él. Pero no tenemos una realidad tangible con la que compararlo (por el momento).
Por eso en cálculo muchos ejercicios comienzan con la afirmación "SEA" tal o cual cosa... es decir: "asumamos que lo que dice luego de "sea" es verdad y calculemos a partir de eso".

La gracia de todo esto, o sea, de aplicar esta visión de plurirrealidad al resto de la vida, que dicho sea de paso, es el paradigma escogido por mí para explicar la realidad, y por lo tanto no pretendo convencer a nadie de que es La VERDAD, es que me permite ver las acciones de los demás como inscritas dentro de su propio paradigma, y no juzgarlas desde mi realidad particular como buenas/correctas o malas/incorrectas. Simplemente son.


Eso, por supuesto, cuando me acuerdo, porque es difícil sacudirse de encima la costumbre del paradigma impuesto a nosotros por la sociedad en que nos tocó vivir. Y en la mayoría de las sociedades occidentales, se transmite, implícita, la idea de que existe una verdad unívoca y objetiva, indiscutible, contra la que podemos constrastar todo para saber si es bueno/malo, verdadero/falso.


La des-gracia de todo esto, es que todo es relativo... nada es corregible o discutible, todo es válido, todo puede ser. La realidad es como una jalea sin forma propia que toma la forma del envase/mentalidad que la contenga/observe. Agotador.


A mi juicio, es por eso que muchas personas prefieren y escogen, de manera inconsciente, generalmente, paradigmas más estructurados o con más dogmas, entre ellos, las religiones.


Simplemente, visto a través de aquellos paradigmas, todo es más sencillo de entender.

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